BURNING, DE Lee Chang-dong



Quemar el invernadero

Mostrar con delicadeza los espacios íntimos de los personajes parece entregar más luces de una sociedad que hacer un relato que abarque algo más grande. Esa podría ser una perspectiva para “Burning”, la última película del director surcoreano Lee Chang-dong (“Poesía”, 2010).
"Burning", relata la historia de Jong-su (Yoo Ah-in), un solitario joven recién salido de la universidad, que no encuentra su lugar dentro del exitismo de la sociedad de Corea del Sur, entre su trabajo como mensajero y sus deseos de escribir una novela, pues estudió escritura creativa. Debido a los problemas de su familia, la prisión de su padre y el abandono de su madre, debe trabajar en oficios ocasionales para mantenerse, mientras vive en la granja abandonada que el padre se ha empecinado en mantener. 
En medio de ese abandono y de esa búsqueda, que no parece tener espacios de ternura o alegría, llega Hae-mi, una joven amiga de infancia del barrio, que vivía en una granja cercana a la de él, en una casa que ya no existe. Ella lleva una vida más libre y alegre, al menos en apariencia, y su llegada le entrega a él el único vínculo emocional de su vida, como un pequeño rayo de sol que entra por la ventana. 
Tras reconectarse y pasar tiempo juntos, Hae-mi le cuenta al joven Jong-su  
que se va a ir de viaje a África y le pide que cuide a un escurridizo gato, el que nunca se deja ver. En el regreso, Hae-mi vuelve acompañada de Ben (interpretado por Steven Yeun, de "The Walking Dead") , un joven unos 6 o 7 años mayor que parece tener toda su vida resuelta y que busca pasatiempos con qué llenar sus horas, como conocer gente nueva, pasear en su Porsche, reunirse con sus amigos de clase alta u otras formas de pasar el rato un poco más destructivas.
Hasta ese momento hemos observado muy delicadamente, las diferencias en la vida de los personajes. El director nos deja mirar muy efectivamente y poco a poco en los espacios privados y públicos donde circulan los tres personajes y observar a través de detalles el lugar que ocupan en la narración y en el entramado social y económico coreano. 
Pero sin que nada quede dicho, la aparición de Ben comienza a amenazar el vínculo entre Jong-su y Hae-mi, o a hacerlo ajeno y difuso, produciendo una tensión entre el trío de personajes. Además, lo hace sentir ajeno a él mismo (sentirse rechazado y rechazarse), al comparar su forma de vida con la de este nuevo conocido que tiene todo a la mano. 
Ahí se produce la magia de "Burning", porque después de avanzar lentamente narrando a través de detalles las vidas opuestas de los personajes, unidos por la presencia y la ausencia de la joven Hae-mi, mostrándonos los espacios y sucesos de forma más bien contemplativa, la película luego se desplaza a un inesperado formato de suspenso clásico, que cambia y refresca la disposición del espectador, que se involucra en una especie de in crescendo, muy marcado por la música de tambores que evoca el viaje africano de la protagonista, hasta que se suelta el nudo y nos muestra que entre la búsqueda del sustento diario y la satisfacción de esas necesidades humanas más grandes y profundas está el espacio para las pequeñas o grandes tragedias. 

Monserrat Parraguez 


Buh-ning 
Corea del Sur, 2018
Dirigida por Lee Chang-dong


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