TAKILLEITOR, de Daniel de la Vega



El retorno del Rey del (Plot) Twist

Si en algún punto de tu vida te ha interesado la historia del cine chileno, probablemente ya has escuchado algo respecto a "Takilleitor", o como dicta su verdadero título "Este mar sabe demasiado, Takilleitor" (Daniel de la Vega, 1996). Sin embargo, es muy probable que lo que te hayan dicho no haya sido algo muy bueno. Tras su estreno en 1998, esta película estuvo perdida durante años, hasta que integrantes del medio Canal 12 digitalizaron una copia del largometraje en VHS y la subieron gratuitamente a YouTube hace seis años. Con más de 50.000 visitas y 300 comentarios en su publicación, cuesta discernir la opinión que tiene el público general con respecto a esta película. Mientras algunos usuarios no dudan en despedazar la obra con apreciaciones como "película culiá ordinaria, weón, de principio a fin" [sic] o "querían hacer una volá a lo Lynch pero les salió como las wéas" [sic], otros comentaristas se lo toman con humor, anhelando su reestreno en formato IMAX o burlándose del desempeño actoral de su protagonista: Luis Dimas, el (autoproclamado) Rey del Twist en Chile. Una película que genera tantas interrogantes debería comenzar con la más obvia: ¿de qué se trata exactamente "Takilleitor"? Bueno, es complicado. Trataré de ejemplificarlo con algunas escenas.

La cinta comienza con unos coloridos créditos, en donde destaca una banda sonora compuesta por Carlos Cabezas (de la banda de rock alternativo Electrodomésticos). Una vez finalizados los créditos iniciales, vemos a Luis Dimas (Luis Dimas) arriba de un escenario, cantando. El público —mayormente femenino— se vuelve loco como si fuese un concierto de Los Beatles en el Liverpool de los '60. Tras el show, Dimas llega a su camarín y se encuentra con una mujer sin nombre, quien le coquetea. Él se sorprende, la saluda y suelta un escueto "hola" para luego irrumpir en canto anunciando que "un collar de perlas a mi Leyla quiero dar". La mujer le pasa un preservativo, él lo infla. La escena se va a negro. Dimas ahora está en la piscina de su casa, mientras otra mujer sin nombre lo observa. De la nada, irrumpen en escena una pareja de periodistas —que luego se identificarían como José María (Sergio Hernández) y Slomy (Schlomit Baytelman)— a entrevistarlo. Les pide un momento, se acerca a la mujer que lo observaba y le canta "pasas y no me miras, crees hacerme un sufrir". Tras aquella espontánea cortina musical, José María interroga a Dimas. "Para sus más famosas composiciones, ¿cómo se inspira Luis Dimas?". Mientras responde, el cantante recibe una llamada de Sofía —"una amiga a la que le gusta mucho la ciencia... ficción"—, a quien le responde "este bufón con sus temores, sus canciones, sus gestos, sus travesuras lanza imágenes ¡puf! a la escupidera galáctica. Como esta conversación, por ejemplo", para luego cortar la llamada y continuar con la entrevista. Les dije que era complicado.

A primera vista, todo pareciera indicar que no hay una historia definida. A segunda vista, también. Durante su hora de duración, "Este mar sabe demasiado, Takilleitor" no es más que un collage de situaciones inconexas en donde lo más cercano a un hilo conductor son las interacciones de Luis Dimas con mujeres anónimas que (de manera muy poco natural) le demuestran su devoción. A lo largo del relato, me resultaba inevitable pensar que la obra no era más que una excusa para construir una imagen positiva de Dimas, a semejanza de los clásicos musicales interpretados por figuras como Carlos Gardel o Sandro; retratos de galanes multifacéticos admirados por montón, en donde la trama está configurada para destacar sus proezas artísticas. Sin embargo, esta lógica resulta bastante cómica con un personaje como Dimas en primera línea. En una secuencia, el cantautor irrumpe en una clase de baile. "¿Cómo saldría "Zapatos Rojos" en flamenco?", pregunta. Los integrantes le responden con una versión andaluz de su tema. Luego de eso, él se va y nunca más sabemos de aquella clase o del tema. Más adelante, Dimas le resume la trama de "Star Wars" (George Lucas, 1977) a Takilleitor (Rodrigo Vidal), su chofer personal. ¿Por qué? Porque sí. En otra instancia, el cantante interpreta su clásico "Caprichito", mientras de fondo suena un tétrico sintetizador que Jonathan Glazer desearía tener en sus películas. Ninguna de estas acciones tiene incidencia en la trama, porque esta no existe. Durante una hora estamos expuestos a Dimas, su ego, y extraños atisbos de lo que se podría definir como un thriller político de ciencia-ficción. En serio.

En uno de los momentos más recordados de la película, vemos a Takilleitor conducir su taxi. De la nada, un grupo de niños —que hasta este punto no habían aparecido en el relato— hipnotizan al chofer con el cántico "a la derecha, Takilleitor", una y otra vez. Nunca más vuelven a aparecer en la historia. ¿Ciencia-ficción? Check. En otro momento, José María y Slomy —quienes en verdad no eran periodistas, si no torturadores (!) en busca de un papagayo de madera que contenía la confesión de un atleta exiliado en dictadura (!!!)— dialogan respecto a la dictadura cívico-militar chilena, sin mencionarla directamente. "Los hechos militares no eran comprendidos fuera del país", afirma un estóico —e inexplicablemente abigotado— José María. "¿Cómo pudiste sucumbir ante lo más asqueroso de este mundo?", lo cuestiona Slomy. A José María le cuesta responder. ¿Thriller político? Check. Resulta interesante observar estas secuencias teniendo en cuenta que la producción de esta película finalizó en 1996, tan sólo seis años tras el llamado retorno a la democracia en nuestro país. Habían muchas ganas de decir cosas, pero diversos inconvenientes respecto al cómo. Siento que los problemas de "Este mar sabe demasiado, Takilleitor" recaen en el choque de un momento en donde lo audiovisual estaba adquiriendo un peso distinto como ventana a la memoria de un país, y un controversial personaje de la Nueva Ola Chilena luchaba por construir un vehículo musical que potenciara su carrera. El cine chileno nos ayuda a acercarnos más a nuestra propia historia y este musical de Luis Dimas es parte de ella, lo querramos o no. Así como diversos escritos de Nicanor Parra son definidos como anti-poesía, "Takilleitor" puede ser perfectamente catalogada como una anti-película y quienes participaron en su realización deberían sentirse sumamente orgullosos. Hicieron historia.


Nicolás J. Vogt Parra


Desgraciadamente, no existe una versión de este afiche en mejor calidad.



Este mar sabe demasiado, Takilleitor
Chile, 1996
Escrita por Felipe Vilches, Daniel de la Vega y Luis Dimas
Dirigida por Daniel de la Vega.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

BOJACK HORSEMAN O EL PESO DE LA EXISTENCIA

ESCAPE AT DANNEMORA - MINISERIE – 2018