LET THE ONE RIGHT IN, de Thomas Alfredson



La película que deje entrar a mi lista


Corren tiempos de pandemia y cuarentena, y como varias personas me encuentro recluida en mi casa, exactamente en mi pieza, y si bien antes no salía mucho debido a la cesantía, de todas maneras echo de menos ir a dar una vuelta, o juntarme con mis amigos a fumar y comer papitas.
Fue en una de estas jornadas de ocio, cuya idea es juntarse a nada más que tomar chelas  y hablar de mucho y poco, donde descubrí una película que hasta hoy en día me dejó marcando ocupado.
Ya bien tarde, varias cervezas y cigarros no solo de tabaco, la conversación llegó al tema vampiros. Qué pueden y no pueden hacer: entrar siempre con una invitación explícita, no tomar alcohol, ni menos comer, sí pueden volar y la cara se les deforma al ponerse en modo ataque; grandes conclusiones para la sabiduría universal a las que yo aporté con lo que ví en What we do in the shadows de Taika Waititi, esta especie de falso documental del grupo de vampiros, en el que la ficción se disfraza de lo cotidiano para entregar escenas chistosas.
Si bien mi ejemplo fue aceptado, mi amigo- al que por privacidad no delataré- saca a relucir que es similar a la película de la niña vampiro, yo no tenía idea a cuál se refería así que lo deje explayarse describiendo lo siguiente: “la niña se hace amiga de un niño, y en un momento él esta sentido con ella y no quiere invitarla a pasar a su casa, ella le insiste en que tiene que decir las palabras, y él de taimao no lo hace, hasta que ella entra y de a poco le empieza a salir sangre de todas partes, ahí él se desespera, le dice las palabras, ella para de sangrar y la abraza disculpándose”.
Hasta ese momento yo me imaginaba a adolescentes, no niñas/niños, ya que en general los vampiros y las escenas donde abunda sangre están siempre relacionados a relatos más adultos, y también porque vi en exceso Crepúsculo cuando era más joven. En resumen de esta charla de volados, terminamos viendo la película y quedé atrapada al instante, porque efectivamente eran niños, y todo sucedía en la dinámica que nombré, la mezcla de lo fantástico con problemas y situaciones comunes y corrientes. Obvio no la terminamos de ver, así que apenas llegué a mi casa lo primero que hice fue googlear Let the right one in torrent.
Let the right one in es un filme del año 2008 del sueco Tomas Alfredson, ambientada en un suburbio sueco en los años 80, cuenta la historia de Oskar un niño algo tímido que sufre de bullying, quien entabla amistad con su nueva vecina de edificio Eli, una misteriosa niña que en realidad es una vampira.
Lo que me fascinó de la historia en general, es en que a pesar de vivir situaciones de adulta, y de literalmente haber vivido 500 años, Eli sigue siendo una niña, una niña que mata y chupa sangre. El personaje tiene actitudes o pequeños gestos que revelan lo infantil que sigue siendo, como en una escena donde Oskar compra dulces y le ofrece, ella sabe que no puede comer, pero qué niña va a negar un dulce si tiene hambre, ni yo podría. O su cara y reacción cuando debe chuparle la sangre a una persona, es llevada por el impulso de sobrevivir, para luego demostrar esa culpa inmensa de haber matado a alguien.
Y es también este lado infantil lo que logra que Eli se acerque a Oskar, y confié en él para contarle que efectivamente es una vampira, ya que el niño algo sospechaba. De nuevo se viene a mi mente el pensar es que quién cuando era niña no quería tener amigos y amigas,  compartir secretos y salir a jugar después del colegio, y en el caso de Eli después de tomarse su vasito de sangre.
Tampoco dejaré de lado el personaje de Oskar, porque no es el típico personaje infantil que en general vemos en el cine, es tímido, los compañeros le pegan y molestan en el colegio,  pero también guarda mucha rabia dentro de sí, y sabe identificar al instante que su nueva vecina es algo extraña y no anda en buenas cosas, y a pesar de eso decide ser su amigo y dejar que ella le cuente la verdad, nunca la confronta.
Por supuesto que no es un filme para niños estilo Disney, es más como estudio Ghibli con algo de sangre, aunque nada muy gore.
Otros puntos a favor, para mí una obsesa de la estética, hay tomas y planos muy buenos, que entregan esa vibra de que, a pesar de ser niños, esto no es para niños. Una paleta de colores fríos, porque todo pasa en un invierno europeo nevado-uno de los sueños del chileno y chilena promedio, tener nieve- con toques ochenteros cómo la música y la ropa. Es totalmente nostálgica.
Condensando, mi ejemplo de niña vampiro en Entrevista con el Vampiro con el de mi amigo, es el equivalente del perro chocolo con el negro matapacos, no es que el perro chocolo sea malo, pero es otro tipo de perrito, más infantil superficial y dulce. De hecho, como los gringos en general arruinan las cosas cuando las copian- la pizza con piña, Cats el musical, etc.- hicieron un pésimo remake con Let the right one in, pero titulado Let me in. Súper originales.
Puede que no sea tan mala, pero si las comparo, la versión original se siente más real y cercana. Como en general pasa con las películas al estilo Disney o Hollywood, muestran una realidad que no es real, y no solo en las historias, sino que en la forma, el estilo, colores y utilería Son demasiados perfectos. La ropa desgastada y vieja que usa la Eli de la versión sueca, es muy distinta al polerón negro y vestido blanco con sangre que los americanos creen es ropa de una niña mal vestida.
Ahora que a varias y varios les sobra algo de tiempo en su casa, es ideal para ver algo ficción que no sea la película asiática de la pandemia mortal, la versión de los gringos y en la que La roca o Vin Diesel nos salvan. Hay que despejarse un poco de cosas tan estresantes, mejor ver como una niña ojerosa le arranca el pellejo a una señora.


Valentina Ortega Ortiz 


Låt den rätte komma in
Suecia, 2008
Dirección de Thomas Alfredson

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