PSYCHO PASS, de Naoyoshi Shiotani y Katsuyuki Motohiro
Cuando
la gente me pregunta si veo animé, suelo esquivar la pregunta. No porque me avergüence
que me digan otaku, es porque en verdad no me gusta tanto. No vi Sailor Moon
cuando niña, ni los Caballeros del Zodiaco y en verdad no me puede gustar
Dragon Ball Z. Pero cuando me piden recomendar algo, siempre recomiendo la
misma y la recomendaré de aquí hasta el
final del capitalismo. Si quieren un animé intenso, inteligente y emocionante
vean Psycho Pass.
Para
hablar de Psycho Pass es necesario explicar el mundo en donde ocurre. Enmarcado
en el futuro, Psycho Pass nos habla de Japón. En este país se ha desarrollado
un nuevo sistema informático denominado como El sistema Sybil. Este sistema evalúa
el estado psíquico emocional de los ciudadanos
y los empuja a aceptar trabajos, encontrar pareja e incluso comprar
cosas que el sistema determina como lo mejor para ellos. También ayuda a
prevenir y juzgar crímenes, usando una extensa red de vigilancia. Para esto, si
el coeficiente emocional supera un determinado número se cataloga como una
amenaza para la sociedad. De ahí, el Ministerio de Seguridad Pública por medio
del sistema determina si los criminales
pueden ser enviados a rehabilitación o no. Y a esos últimos sencillamente
se les elimina con el fin de mantener la estabilidad emocional del país.
En
el capítulo inicial conocemos a Tsunemori Akane, una policía en su primer día en el trabajo.
Akane es enviada a investigar un caso de secuestro, en donde el perpetrador
presenta un estado emocional alterado y peligroso. Sin embargo, al examinar a
la víctima, nuestra protagonista se percata que presenta el mismo estado que el
violador. El sistema Sybil calcula estos
estados alterados y ordena a Akane que elimine también al secuestrado. ¿Eso no
suena ilógico, acaso? El secuestrador claramente ha hecho algo, pero la víctima
no. Y aun así, el sistema los juzga por igual.
Y
eso es lo que justamente el sistema castiga. No es el hecho, sino la intención.
La intención es suficiente para dictar condena, en un mundo donde las
intenciones y las causales son traducidas a números que son manejados por un
algoritmo. Es decir, la maquina dicta y el humano ejecuta.
Si
pusiera en una lista los temas de los que habla Psycho Pass no terminaría
nunca. Tenemos problemas "menores", en el sentido de que la serie
plantea, pero tal vez no desarrolla en tanta profundidad, como la híper tecnologización
del mundo, el ostracismo como medida de defensa y la pérdida de la identidad,
pero otros de los temas que plantean están exquisitamente tratados. Hablamos de
temas como el libre albedrío, el costo de la felicidad de la sociedad, los
inadaptados y la justicia. Y como no, si la serie empieza con la frase: "La
justicia está sujeta a disputa; la fuerza es fácilmente reconocida y no entra
en disputa. Así que no le podemos dar fuerza a la Justicia".
La
exploración que hace con respecto al libre albedrio es la que quiero mencionar
en este minitexto que no le hace suficiente justicia a la serie. Psycho Pass
nos habla acerca de cuanto podemos ser responsables de nuestras propias
acciones cuando vivimos en un mundo donde prácticamente todo se nos es
ordenado. Y aun así, aunque existan
estas directrices, si acaso podemos decidir ignorarlas, con el costo asociado
que eso trae consigo. A través de 24 episodios exploramos la idea de que
vivimos adormecidos, huyendo de nuestra propia agencia como actores del mundo.
Y cuando eso ocurre, otros sencillamente toman las decisiones por nosotros y
nosotros debemos acatar.
Psycho
Pass no es un buen anime, es una joya. Una joya gigante que te golpea en la
cabeza 100, 200 veces, las que quieras, hasta que sales del estupor del día. Nos plantea preguntas que van
dirigidas hacia lo más profundo de nuestro ser, de nuestra naturaleza humana: ¿cuáles
son los sacrificios, como individuos, que estamos dispuestos a hacer para vivir
en sociedad?, ¿Cuáles son las directrices que puedo seguir para determinar el
bien y el mal?, ¿existe tal distinción? ¿Si tengo libre albedrio, tengo que usarlo? ¿Puedo salir
a la esquina a comprar algo que no necesito, en tiempos de cuarentena?
En
este caso permíteme ser como Sybil. No, la respuesta es siempre no.
Isidora Molina
Psycho Pass
Japón, 2012
Dirección de de Naoyoshi Shiotani y Katsuyuki Motohiro
Dirección de de Naoyoshi Shiotani y Katsuyuki Motohiro
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