EL PRODIGIO: LOS ARTIFICIOS DE LA RELIGIÓN Y EL ARTE

 



La nueva película del director chileno Sebastián Lelio fue estrenada en NETFLIX y demuestra un afianzamiento internacional en su quehacer cinematográfico, sin dejar de lado las ideas que lo hicieron destacar en nuestro país. Su obra The wonder (2022) está en un muy buen nivel en cuanto a la historia y factura fílmica. Esto se observa en la aceptación que ha tenido en la plataforma pues la película se ha situado entre las realizaciones más vistas.

La película está basada en la homónima novela de Emma Donnague. Ella se inspiró en unos hechos reales ocurridos en la época victoriana. En ese entonces, un grupo de niñas decidieron que no se alimentarían y que mantendrían solo tomando agua. A este grupo se le denominó fasting girls.

Y ese es el punto de partida de la historia cinematográfica. Lib Wright (Florence Pugh) es una enfermera inglesa que llega a un pueblo de Irlanda, en 1859, contratada para supervisar a Anna O’Donnell (Kíla Lord Cassidy), una chica de once años que ha decidido no ingerir alimento y vivir así. Un grupo de hombres notables de la ciudad (doctor, alcalde, sacerdote) ha decidido vigilar día y noche a la chica para ver cómo sobrevivido durante meses sin alimentarse. En el interior de este grupo hay dos opiniones principales. Por un lado, los que creen que efectivamente el hecho sea sobrenatural y que esté ligado a una especie de milagro. Por otro lado, hay quienes opinan que tiene una explicación científica o quizá no sea más que un engaño.

La pericia narrativa del filme lleva a que en algún momento el espectador esté ante un filme policial, cuyo objetivo sería el desenmascarar a una presunta impostora. Pero la enfermera Lib va desarrollando una empatía por el sufrimiento de la niña y en algún momento decide intervenir para ayudar a la muchacha, pese a la oposición de la familia y de los ciudadanos que la contrataron.

El desarrollo de la trama va delineando los bandos: los que sienten a la niña una especie de mártir y los que observan los hechos de manera muy objetiva. Ni unos ni otros quieren que alguien intervenga. Y nuevamente se está ante la vieja oposición religión – ciencia.

Solo Lib logra abstraerse de estas fuerzas y siente que debajo del comportamiento de Anna oculta algo más profundo. Y ahí decide ayudarla.

Un tercer personaje interviene en este asunto: el perriodista William Byrne (Tom Burke). Él está convencido de que todo no es más que un fraude que hay que exponer. Él es el representante de una prensa amarillista en ciernes. Y comienza a tener una influencia en las decisiones de Lib en relación con el futuro de Anna.

No obstante, la película tiene un inicio muy particular, alejado de toda esta ambientación histórica. Lo primero que ve el espectador es un set cinematográfico, donde se observa una gran construcción de utilería. La cámara se acerca y se divisa el interior de un barco en el que se mueven distintos personajes. Y entremedio de todos se ve a Lib que viaja a Irlanda.

Este inicio teatral y metatextual, se olvida poco a poco con el marco histórico, ambiente y realismo que van tomando las acciones del relato. De hecho, las imágenes transmiten un naturalismo tan palpable que a los minutos, se puede sumergir en la trama, olvidando este comienzo tan deconstructivista.

El drama que vive Anna y su entrega a este sufrimiento, copan el relato y se sienten las dudas que tiene la enfermera. Hasta que el periodista William Byrne asedia a Lib para que puedan desenmascarar la historia de la niña, pues siente que todo es un fraude. Ella es una buena actriz, comenta a Lib. Y es justamente este personaje quien nuevamente recuerda al espectador el carácter especular del relato al regalarle un pequeño taumatropo a Anna.

El taumatropo es un juguete óptico, hecho generalmente de cartón redondo, en cuyas caras hay dos dibujos distintos, que con la ayuda de un hilo se pueden dar vuelta rápidamente, dando la sensación de unión de ambas figuras. Será este último elemento que permitirá dar un giro a lo que está ocurriendo en pantalla (y fuera de ella también). Al igual que Anna debe decidir cuál es su postura sobre lo que ocurre en la imagen que le regalaron, el espectador es interpelado de manera indirecta para llegue a una conclusión sobre el relato que se propone.

En este sentido, el público de una película no está tan alejados de estos personajes que desean creer en el milagro, sabiendo que hay una especie de truco en el fondo. La mayoría de los espectadores saben que la película es un artificio pero deciden creer en la historia presentada como si fuera real y consumen las imágenes como si fueran la verdad misma. La fe entre los que miran el espectáculo religioso y el cinematográfico pareciera ser la misma.

Hacia el final unos cuantos giros en la trama, sorprenderá a más de alguno, pero habrán otros que sentirán una manipulación obvia que ha servido para mantenerlos cautivos por un tiempo determinado. Una construcción artística a la que apunta el título. ¿Cuál es el verdadero prodigio? ¿El que realiza Anna y que por sí mismo atrae? O ¿el acto mismo de mantener a la audiencia capturada con un relato ambientado en tiempos pasados y que obviamente es una puesta en escena?

Cualquiera que sea la respuesta, el cine de Sebastián Lelio está creciendo, sin haber traicionado sus temas que vuelven aparecer en pantalla. Asuntos como el mundo femenino, el rol de la maternidad, el gesto contracorriente en un mundo de roles definidos, por ejemplo, están presentes. Sin duda, esta película continúa en el camino de los grandes trabajos de Sebastián Lelio, además de estar entre los mejores estrenos del año en el streaming. Eso es una buena señal.

Cristian Uribe Moreno

 

THE WONDER

Irlanda 2022

Dirigido por Sebastián Lelio

 

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