THE CRAZIES, de George Romero





Dado el escenario actual de pandemia y el encierro que nos toca vivir, he tomado la peor decisión posible en relación a mi salud mental: ver películas acerca de propagación de enfermedades y sicosis social.

Partí por “The Crazies” de George Romero, película que me introdujo de manera inmediata y sin títulos de presentación ni créditos, al ataque de locura que padece un padre de familia que decide asesinar a su esposa y quemar la casa con sus hijos dentro. Al parecer, este padre de familia se encuentra infectados por un virus que se propagó por medio del suministro de agua del pequeño pueblo de Evans, situado en el Estado de Pennsylvania, tras estrellarse el avión militar que trasladaba un arma biológica que provoca ataques maníacos a las personas infectadas.

El ejército norteamericano toma posesión del lugar, estableciendo una cuarentena obligatoria a la cual los habitantes se oponen (¿suena raro, no?), donde unos deciden huir y otros esperar al ejército a punta de balas, algunos inclusive deciden enfrentarse contra el ejército, formando una milicia de resistencia, bastante eficiente por lo demás, si consideramos que cada norteamericano debe tener un arma en casa, y que un porcentaje no menor ha recibido instrucción militar para ir a la guerra de turno.

Los protagonistas de la historia, un bombero (Will MacMillan) y una enfermera (Lane Carroll), optan por el primer camino, y pretenden escapar del pueblo a como de lugar; robando, derribando helicópteros y asesinando militares y amigos, entrando en la espiral hacia la locura al que nos lleva Romero.

Esta vez Romero, en vez de concentrar su relato en la trama de los sobrevivientes como lo hizo en “Night of the living dead”, decide verter su impulso crítico en lo ridículo que se ve la burocracia resolviendo problemas, por medio de la representación de un consejo de expertos que recomiendan al presidente lanzar una bomba atómica sobre el pueblo o como la organización militar que decide trasladar al creador del virus al pueblo, pero sin ningún instrumentó que permita un análisis.

El ánimo desolador que puede generar el hecho de estar en manos de imbéciles, se mezcla con la extraña sensación de no saber cuándo alguien se encuentra infectado o no por el virus, esto en la forma en como la locura se apodera de las personas, que perfectamente podría ser causado por el accionar irracional de los militares.

La película no sólo sobrevive a la crítica desaforada de Romero al Estado militar norteamericano y los verdaderos gags que filma, sino que representa una piedra angular para entender la visión del autor, que mantendrá hasta sus últimos días. Qué importan las historias, el preciosismo, los efectos especiales (cruciales para el género donde trabajó Romero), si finalmente no estás diciendo nada acerca de tu época. Eso Romero lo entendió a la perfección.

Después de tanto realismo, he decidido alejarme del inicio del maratón temático, mejor partir con Fellini.

Sebastián R.

The Crazies
Estados Unidos, 1973
Dirigida por George Romero


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