ALIEN, EL OCTAVO PASAJERO, de Ridley Scott



Recuerdo que cuando era más niña mi mamá siempre veía Alien por las noches en la televisión abierta y me impresionaba lo siniestro que era ese monstruo, su forma, su color negro brillante, su boca pequeña que salia de otra boca haciendo un ruido espeluznante. Era asqueroso y una de las primeras cosas aterradoras que veía en pantalla hasta que un día llego a mis manos un libro de H.R. Giger y descubrí un arte inigualable, impactante a primera vista, era una mezcla biomecánica sorprendente, una mirada futurista a una evolución como especie, una súper raza creada para la supervivencia máxima, una visión oscura de la relación humano-máquina o solo eran seres provenientes del espacio exterior creados por un artista.
La historia de Alien no tiene mayor complejidad: es parecida a lo que presenta Tiburon de 1975, pero situada en el año 2122 a bordo de una nave espacial llamada Nostromo, la cual se dirige a la tierra luego de una exitosa extracción de minerales de otro planeta, reciben una señal de emergencia lo que los obliga a dirigirse hacia allá, pero más que de auxilio era una advertencia de algo que ellos jamás imaginarían encontrar. 
Esta película destaca enormemente por sus efectos especiales y la dirección de arte, en el año 1979 no existía la tecnología de hoy, por ende todo debía ser hecho a mano, desde las prótesis hasta controlar movimientos de manera mecánica, lo que a mi parecer les favoreció, ya que no hubiera sido lo mismo si la criatura estuviese hecha por un computador. El diseño como tal estuvo a cargo de H.R. Giger y la construcción fue con la ayuda de Carlo Rambaldi, que posteriormente concebiría el look de E.T el extraterrestre. Me encanta el realismo, la estética y los detalles de la criatura, las escenografías, las atmósferas siniestras para aumentar la tensión, el tono azul que destaca en la paleta de colores y las maquetas de la nave en el espacio. Como anécdota: luego de dos horas de maquillaje, los actores no tenían ni idea de que un alien atravesaría el pecho de John Hurt, así que las reacciones de asombro son genuinas de parte de los demás personajes en la escena.     
Para mi esta película es un clásico, a pesar de que su trama no tenga una mayor consistencia, está bien elaborada y no cae en lo absurdo, desde el punto de vista estético junto con el artístico es impresionante el nivel de realización y siento que aborda temas más profundos relacionados con el miedo, la intriga e inquietud hacia lo desconocido, no necesariamente tiene que ser un monstruo del espacio, puede ser una bacteria, un virus, como lo que estamos viviendo en estos tiempos. Algo que nos hace sentir vulnerables como especie, pero que tenemos que superar. El hecho de que no estamos solos y no sabemos que otros seres hay afuera, y quizás la posibilidad de que en algún momento del el futuro tendremos que convivir con androides y extraer minerales de otros planetas. 
Es necesario, por último, hacer referencia al personaje de Ellen Ripley, interpretado por Sigourney Weaver, como una mujer que lucha y enfrenta a esta temible criatura, y evita que llegue a la tierra. Ripley representa el poder femenino, (en ese tiempo no era muy habitual ver protagonistas femeninas menos en temas de ciencia ficción o terror) y a la especie humana, la que es capaz de superar las adversidades e imponerse como una fuerza que no se rinde fácilmente. 

Katherine Salinas

ALIEN, EL OCTAVO PASAJERO
Estados Unidos, Reino Unido, 1979
Dirigida por Ridley Scott.

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