CUATRO NOCHES DE UN SOÑADOR, de Robert Bresson
“Deseo de todo corazón que se alcen con la fuerza de su juventud contra la inmensa empresa de demolición que está devastando el mundo, y cuyo precio tendrán que pagar. Pero quizás ya sea demasiado tarde... Sería preciso que los jóvenes rechazaran someterse a un género de vida que aniquila la alegría de vivir. ¿Pero acaso podemos volver atrás?... Si se trata de difundir una noticia, yo doy la mala. Los jóvenes tienen ante sí el sistema más destructivo que el hombre haya imaginado jamás”.
Robert Bresson, 1977
Nuestro protagonista es un joven que hace dedo en una Francia moderna, imágenes en color qué nos muestran un lugar qué ya no existe. Una familia -quizás el gran tema de esta película- en un auto nuevo se detiene, vemos a dos niños y un hombre con su esposa, un matrimonio qué parece perfecto; le preguntan a dónde va, pero nuestro protagonista no responde. Aún así, lo llevan.
Así comienza Cuatro Noches de un soñador, película de la etapa final del cineasta francés Robert Bresson y que toma cómo punto de partida el cuento Noches Blancas de Fiódor Dostoyevski. Dentro de la cinematografía del director francés, esta película ha sido olvidada, siendo un gran ejemplo del virtuosismo narrativo y existencial del director. Bresson en el comienzo de la década de los setenta, ya era considerado un maestro vivo del cine. Con un conjunto de obras fundamentales en la historia del cine, realizadas en la década de los cincuenta y sesenta, su proceso final de realizador, puede darse iniciado con esta película.
Estrenada en el Festival de Cine de Berlín, Cuatro noches de un soñador cuenta la historia de Jacques, un personaje volátil y de vida artística, el cual parece un bicho raro y con serios problemas de sociabilidad.
Una noche, este personaje conoce a una mujer, quién está a punto de suicidarse en el Pont Neuf, con esto, la vida de ambos cambia radicalmente.
El amor y la imposibilidad de amar, el azar, el mundo moderno. Los gestos leves. Las manos. La mujer.
Grandes conceptos qué son mostrados con una pulcritud y simpleza que perturba.
El mundo moderno se hace presente desde el primer plano, el color invade la pantalla, el sonido de una ciudad funcionando, los autos, las construcciones de gran escala. Un mundo post moderno en la década de los setenta.
"Alejadme de la inteligencia qué lo complica todo", decía Bresson en su libro Notes sur le cinématographe. Una reflexión qué nos permite entender o más bien ubicar desde donde nos habla el autor. Un espacio nuevo, experimental, donde el cine puede tomar nuevos caminos, solamente si se aleja y olvida la inteligencia superficial para narrar desde el minimalismo ascético.
Una película que permanecerá escondida, tal cómo el protagonista, Jacques, el artista incomprendido, viviendo su sueño, pintando, amando, perdonando, olvidando. Un soñador en esencia.
(En general encontrar películas antiguas y de autores no tan conocidos; eso es posible gracias a Torrent o sitios como Mubi.com. En mi caso, fue una descarga ilegal desde el sitio Mogambo. Es importante mencionar dónde poder ver estas películas ya que lamentablemente su distribución y exhibición es muy limitada o casi nula)
Rodrigo Marín
Quatre nuits d'un rêveur
Francia, 1971
Dirigida por Robert Bresson

Una película muy bella y simple. Una novela breve y profunda. La película de Bresson es para mi una delicia especial. Sus sonidos, sus movimientos. No la veo hace mucho tiempo pero me marcó mucho, vuelvo a algunas escenas disponibles en Youtube. Es raro que en Bresson exista música (claro, Las damas de Bologne tiene mucha música y probablemente alguna posterior también, no he visto toda la filmografía), y en esta película hay escenas musicales muy cautivantes, que claramente fueron escogidas con pinzas. Hay algo en la personaje de la película que me recuerda a Sans toit ni loi de Varda.
ResponderEliminarMe gustaría tenerla más fresca para poder comentarla mejor, porque para mi fue una película importante, me alegra que hayas escrito sobre ella.