DIAMANTES EN BRUTO, de Ben y & Joshua Safdie
No todo lo que brilla corre por el Oscar.
Estrenada por Netflix el 10 de enero, esta película de los hermanos Ben y Joshua Safdie, pasó desapercibida en la carrera por la estatuilla, en un año sobrecargado de fórmulas, con actores y directores ya demasiado conocidos por la industria. Más allá del contundente mérito del fenómeno Parasite, lo que aquí nos reúne es un vistazo al sorpresivo giro actoral de Adam Sandler, el hombre hit de alguna comedia liviana del último tiempo.
Cargada de dinero, intensa y adrenalínica, Diamantes en Bruto es la historia de Howard Ratner, un joyero ludópata y endeudado. Esclavo del lujo, el tipo nada en una espiral de situaciones caóticas con su ex-señora, su amante, su cuñado y comerciantes de casas de empeño. Una montaña rusa al borde del colapso con una vida de apariencias, a su vez, nada admirable para su familia judía cuyas firmes tradiciones y códigos no perdonan tantas deudas con ruido disonante.
Ambientada en el Diamond District de Nueva York, la primera escena nos lleva a una mina en Etiopía donde un accidente enfrenta a los trabajadores con sus jefes chinos. Desde ese lugar, un ópalo de colores intensos se origina como el motor del guión. Una joya preciosa que comienza a ser observada con la profundidad de un microscopio por los directores mientras esta viaja y se conecta con las imágenes de una colonoscopia al protagonista.
Si bien este es un examen sobre las anómalas cargas tóxicas del intestino y el recto, aquí es una advertencia o analogía sobre cuán orgánico o visceral es el sueño demencial del protagonista por ¨la gran tajada". Y si es ilegal, mucho más placentero el retorno dirían algunos "inversionistas" a prueba de infartos.
Con estos motores de vida, el ópalo también se va convirtiendo en una obra mística con propiedades chamánicas para el basquetbolista afro-americano Kevin Garnett (que se interpreta a sí mismo), dispuesto a todo para asegurarse el futuro esplendor versión New Rich. Sumando personajes y situaciones paralelas en esta disputa de egos, corre la trama con recursos visuales y de audio bastante recargados. Todo pasa a ser intercambiado en una política de trueque de la confianza. Adam Sandler y el abismo que le imprime a este personaje, nos traspasan una fuerte dosis de ansiedad por lo que puede pasar, opuesto a sus otros papeles.
En la vida como en el cine los diamantes o lo recargado generan cierta suspicacia y esta es una película que en modo thriller, reflexiona sobre el precipicio valórico de una lógica de la modernidad. Esa que es acumuladora y materialista. Un tema de anteriores películas de los hermanos Safdie, quienes desde su creciente filmografía (Good Time, Heaven Knows What, entre otras) hacen aquí un registro sobre la historia de valoración social de la comunidad judía y su status como individuos.
La filosofía del capitalismo es sin compasión y en ella la riqueza, la familia y la conciencia se reducen a un mero juego de azar. También, la religión como articulación en el sistema socio económico y poder de consumo. Esto, haciendo una mirada a la herencia de las tradiciones, pone en evidencia un quiebre y el vacío existencial-emocional que acarrea hoy la carga de la figura del Padre o "macho proveedor". Así las cosas, no es menor que en el film algún ajuste de cuentas tenga que llegar para tanta ironía espiritual. Véala.
Carmen Momberg
Uncut Gems
Estados Unidos, 2019
Dirección de Ben & Joshua Safdie

Lo pasé tan mal viéndola, pero la disfruté mucho.
ResponderEliminarEn el momento en que la toma del diamante desemboca en la raja de Adam Sandler sabía que está sería una gran película.
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