EASY RIDER, de Dennis Hopper
La historia se
enmarca a fines de los años 60’ protagonizada por Billy (Dennis Hopper) y Wyatt
(Peter Fonda), dos jóvenes rebeldes que emprenden un viaje en motocicleta por la
carretera para llegar al Carnaval de Mardi Gras, financiando esta travesía
principalmente a través del tráfico de cocaína cerca de los límites del sur de
Estados Unidos, inician así una aventura que los lleva a conocer distintas
facetas de la idiosincrasia americana, representadas por los pueblos enteros y
personajes particulares, entre ellos un nuevo amigo, el abogado George Hanson (Jack
Nicholson) quien se les une en esta andanza sin dios ni ley.
El guion, escrito
por Hopper y Fonda, no destaca en ser algo muy complejo, se cimenta en la
simpleza y en la inercia que va tomando el desarrollo de la película, que es un
acierto por parte de sus creadores, ya que ellos mismos tienen la posibilidad
de representar lo que idearon, complementados por ciertos catalizadores que los
hacen ver comprometidos a toda costa con el papel. La fotografía curiosamente
es buena, a pesar del bajo presupuesto de la cinta, creo que es un aspecto para
destacar ya que consigue plasmar la sensación con la que van viajando a través
de la película.
Un elemento que
personalmente me encanta de esta película es la banda sonora que tiene, bandas
como Steppenwolf, Jimmi Hendrix, y Roger Mcguinn de Byrds, te sacuden la cabeza en una época que coincide
con los inicios del apogeos del rock
psicodélico, que además nos heredó un himno del rock & roll hasta el día de
hoy, la legendaria “Born to be Wild”, que cada vez que suena es inevitable
imaginarse sobre una Harley Davidson (que irónicamente no es la marca de las
motos de la película) pisteando en la carretera sin rumbo.
El argumento de
esta película es bastante maleable a mi parecer, pero logra ser tan rupturista
en su propio estilo que todo lo que se ve en la pantalla es reflejo de lo que
significaba esta cinta, la independencia de Hollywood, una patriada solitaria
para demostrar que la industria no es la única manera de realizar cine. Esta
“road movie” como es catalogada tiene una innegable alma de western que es
admirable, tan sencilla, pero de la cual podemos extraer metáforas y
simbolismos en base a movimientos sociales que rodeaban la realización de la
película, tan emblemáticos como Woodstock y la Guerra de Vietnam.
El
impacto cultural histórico y cinematográfico que causó este film es tremendo, con
todas las consignas para ser un clásico, Easy Rider lo logra con su sello, la
sencillez, la rebeldía, el simbolismo. Una película rodeada de mitos y
leyendas, que deja muchas historias tanto dentro como fuera de la pantalla, que
podrían ser debatidas y desmenuzadas por horas, días o carreteras infinitas es,
sin duda alguna, un imperdible.
Cuando se sale
en busca de algo determinado por la vida, algunos son los afortunados que
encuentran precisamente lo que quieren, otros pueden terminan heridos en el
trayecto, otros no quieren más guerra y otros salen por la vida ni siquiera a
buscar algo en específico, solo a recorrerla.
Daniel
Solervicens G.
Easy Rider
Estados Unidos, 1969
Dirigida por Dennis Hopper.
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