JURASSIC PARK, de Steven Spielberg


Hace más de una semana desde que nos dieron esta tarea, y yo sencillamente no podia hacerla. Me bañaba mirando al vacío, quemaba mi pan en la tostadora, abría un word que se quedaba vacío, porque no podía definir en mis propios conceptos qué era un "clásico". Aparte, para qué estamos con cosas. No quería buscar algo en blanco y negro, grabado por una mano temblorosa que nos hablara de un mundo lejano. Y no porque no me interese, solo porque quería salirme de ahí.
Y ahora, de pronto vino a mi, claro. ¿Cómo tan tonta? ¿Cómo demorarme tanto en plantear esto? Esta película es especial para mí, principalmente porque me dejó ganarle en una pelea a un niño de 5 años acerca de si lo que tenía era un dilofosaurio o un dinoraptor. 
Así que hoy voy a hablar de Jurassic Park. 
Por si alguien no ha visto esta obra maestra de Steven Spielberg, Jurassic Park es acerca de un grupo de paleontólogos, el doctor Grant y la doctor Sadler, que son invitados por un magnate a su nuevo zoológico. Junto con Ian Malcom, un matemático experto en la teoría del caos, llegan a la isla para descubrir que en ella habitan dinosaurios. Dinosaurios de 20 metros, herbívoros, carnívoros, voladores, terrestres. Todos lo que te puedas imaginar. Y estos dinosaurios fueron traídos de vuelta a la vida nada más que usando la maravilla de la biología molecular. 
Sin embargo, a lo largo de la historia comprendemos que la naturaleza no puede ser domada y que debemos atenernos a las consecuencias de nuestras decisiones. Atrapados en la isla, nuestros protagonistas deben luchar por su sobrevivir, mostrándonos al hombre en un contexto de presa en la cual no estamos acostumbrados a observar.
La calidad artística, de guión y musical de Jurassic Park sencillamente no puede ser puesta en tela de juicio. Es una película de acción finamente contada, con la cantidad necesaria de intriga, suspenso y de emoción, además de inteligencia, para que no quede tan mal parada como esas secuelas baratas que han salido últimamente en los cines. Pero, aparte de esto, tiene algo que explica claramente porque no se ha podido revivir esta franquicia con la dignidad que se merece.
Jurassic Park, en su esencia, nos hace la pregunta fundamental acerca de cómo nos relacionamos con la ciencia y el progreso. En un mundo acostumbrado a dar respuestas simplistas, esta película nos enfrenta a las consecuencias del progreso. La respuesta no es tan sencilla como decir "Hay 5 películas que te dicen que es malo clonar un dinosaurio", porque Jurassic Park no habla del bien o del mal en la ciencia, porque esta es inmune a definiciones tan vagas. Esta película es una oda a nuestra naturaleza humana, a nuestra capacidad de crear maravillas inimaginables y de generar el conocimiento suficiente que en algún momento nos llevará a donde nunca nadie ha ido. Pero nuestro crecimiento y adquisición de conocimientos no puede ser una carrera a tonta y a locas, porque en el momento en que esto pasa, los dinosaurios nos comen y la mujer hereda la tierra.
Como una obra clave de ciencia ficción, Jurassic Park no puede ser dejada de lado. Merece su lugar en el mundo para que los niños del mañana recuerden que en algún momento en esta tierra caminaron gigantes que hacían temblar el suelo a su paso, para que los adolescentes del mañana sueñen con entender nuevas formas de vidas, y para que los adultos del mañana sean responsable a la hora de tomar decisiones. Y por sobretodo, merece un lugar en el mundo como un recuerdo para todos nosotros, los humanos del presente, que en algún lugar de nuestro corazón existe un añoro del momento en donde ver ese brachiosaurio por primera vez fue la experiencia más maravillosa del mundo y que eso es tan solo una representación acerca de todo lo bueno, bello y maravilloso que podemos llegar a conseguir.
Y por si alguien tenía la duda, yo tenía razón y era un dilofosaurio. 


Isidora Molina

Jurassic Park
Estados Unidos, 1993
Dirigida por Steven Spielberg

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