LA PRINCESA PROMETIDA, de Rob Reiner
Un niño juega con su computador, convaleciente de una
reciente enfermedad. Su abuelo llega de visita llevándole de regalo un libro
que le leía a su hijo y con el que ahora pretende continuar la tradición con su
nieto. El chico se muestra reticente a ambos, a la lectura y al abuelo, sin
embargo, les da una oportunidad.
¿Y de qué va el libro? En el reino de Florin viven Buttercup
(Robin Wright) y Westley (Cary Elwes). Ella lo trata de “chico granjero” y ante
cada mandato o solicitud suya, la única respuesta que él le da es un simple
“Como desees”. Con el tiempo, Buttercup se da cuenta de que ella corresponde a
los sentimientos de Westley y ambos se declaran su amor. Esto sucede en los
minutos iniciales de la película, pero aún nos queda mucho por ver, entonces
nos preguntamos ¿cómo continuará?
Por otra parte, algo que suele destacarse de esta película
es el humor. Acá todos los personajes pueden ser graciosos o ser el objeto de
situaciones graciosas, incluso una damisela. Eso sí, en esta película no
encontraremos animalitos parlantes, cosas humanizadas ni canciones.
“Stand by me” y “Flipped”, otras dos películas del mismo
director y de géneros o públicos similares comparten con ésta el hecho de estar
ambientadas en otras épocas. Mientras las primeras lo están alrededor de los
años 50-60, ésta se encuentra en el pasado mítico o intemporal en el que suelen
situarse los cuentos, aunque se le da un cierto sustrato de “realidad” por
cuanto los reinos de Florin y Guilder están situados en el mundo, junto con
otros lugares como España.
También comparten el tener personajes con grandes deseos y
fuertes convicciones. En una película, un grupo de amigos sale en búsqueda del
cadáver de un chico; en la otra, la chica asedia al muchacho objeto de su
afecto, mientras que éste a su vez ansiosamente rehúye de ella, pues la chica
es muy insistente en su interés por él.
Otra similitud es el uso de narraciones enmarcadas o el intercalado
de distintas perspectivas en el transcurso de la historia central: En “Flipped”
se turnan los pareceres de él y de ella, contando cada uno su visión de los
hechos; en “Stand by me” todo es un largo racconto, en el que incidentalmente
se intercalan un par de recuerdos más antiguos o sueños (además, al final vemos
que quien narraba estaba escribiéndolo todo en su computadora). En este caso se
dan ciertas interrupciones que establecen pausas en el flujo de los
acontecimientos, a la vez que dejan momentáneamente en suspenso al espectador.
Por último, aunque Buttercup en algún punto manifiesta su
parecer, toma decisiones, la mayor relevancia es de los personajes masculinos. Esto
sería coincidente con las otras películas ya mencionadas, pues son las
aventuras e impresiones de ellos el foco central o las que sobresalen.
Sin verla por muchos años, guardaba la sensación de que se
trataba de una historia de princesas algo diferente, novedosa. Permanecían en
mi memoria ciertas frases, instantes, imágenes, personajes y la recordaba con
simpatía y cariño. En definitiva, había resistido el paso del tiempo. Eso es parte de lo
que hace a un clásico y después de todo, cómo no, si es un cuento.
Carolina B. Pérez
Carolina B. Pérez

The Princess Bride
Estados Unidos, 1987
Dirigida por Rob Reiner
Basada en la novela homónima, libro original
y guión de William Goldman
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