LA ÚLTIMA TENTACIÓN DE CRISTO, de Martin Scorsese
Mira mi muerte
Pensar en un clásico del cine puede llegar a ser una tarea bastante difícil. Existiendo un espectro tan amplio de películas en el mundo, pareciera ser una buena idea delimitarlo teniendo en mente alguna década en específico, un país en particular, o simplemente un cineasta que indudablemente haya aportado al canon cinematográfico. De todos los nombres que brotaron en mi cabeza decidí elegir a Martin Scorsese como punto de inicio, ¡y qué inicio! Seleccionar tan sólo una obra del director ítalo-americano que estuvo tras largometrajes tan emblemáticos como "Taxi Driver" (1976), "Buenos Muchachos" (1990), o "Los Infiltrados" (2006) generó más de alguna indecisión en mi ser. No sé si fue el fin de semana santo o su reciente disponibilidad en Netflix, pero decidí dedicarle algunas palabras al polémico largometraje "La Última Tentación de Cristo" (1988) y la controversia que generó en Chile.
Para quienes no están familiarizados con su trama, la película retrata los últimos años de la vida del mesías, sólo que desde una perspectiva mucho más humana que la descrita en el libro sagrado. Sin adentrarme en mayores detalles, en la película podemos ver a un reflexivo Jesús (Willem Dafoe) que constantemente se enfrenta a diversas manifestaciones de la tentación, como el miedo, la duda, la depresión, y la lujuria. Si bien la película se encuentra basada en el libro homónimo de Nikos Kazantzakis y comienza con un disclaimer asegurando que "esta película no está basada en los Evangelios, sino en una novelesca exploración del eterno conflicto espiritual", la evidente bifurcación de la historia clásica causó polémica mundial entre los creyentes de la época y alertó al Consejo de Calificación Cinematográfica de la dictadura de Augusto Pinochet, prohibiendo su exhibición en nuestro país el 29 de noviembre de 1988. Según detalla la prensa, las principales razones tras la censura estaban centradas en que la cinta contradecía las enseñanzas de la Biblia y “constituía una ficción de una parte de la vida de Cristo”, algo que el largometraje deja en claro desde el minuto uno.
Ocho años después y tras una nueva petición de la distribuidora del filme, el Consejo autorizó la exhibición de la película en Chile, programando su estreno para el 21 de noviembre de 1996. Sin embargo, un grupo ultranacionalista de abogados llamado "El Porvenir de Chile" interpuso un recurso de protección a nombre de ellos mismos, la Iglesia Católica y “de Nuestro Señor Jesucristo”, bloqueando la exhibición comercial del filme. El 3 de septiembre de 1997, la secretaría de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recibió una denuncia (No. 11.803, para los interesados) que decantó en una demanda contra la República de Chile el 15 de enero de 1999. La CIDH acusó al Estado chileno de violar los derechos a la libertad de expresión y a la libertad de conciencia consagrados en los artículos 12 y 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos en perjuicio de la sociedad chilena y en particular de los demandantes. Tras diversos líos legales que no detallaré por acá, el 11 de marzo de 2003 se realizó (¡por fin!) la premiere de "La Última Tentación de Cristo" en el Cine Arte Alameda. Eso sí, sólo para mayores de 18 años. Finalmente, el 28 de noviembre de 2003, la CIDH dictaminó que Chile dio cumplimiento a la sentencia del 5 de febrero de 2001, dando fin a la batalla legal conocida como "El caso La Última Tentación de Cristo". Hoy en día, basta tan sólo un click en Netflix para comenzar a verla.
Honestamente, me cuesta entender por qué fue tan controversial este largometraje. Claro, en el filme vemos a Jesús ignorando a su madre (Verna Bloom), observando a María Magdalena (Barbara Hershey) teniendo sexo, y afrontando la posibilidad de abandonar el llamado de Dios. Sin embargo, observar a un Jesús alejado de la tradicional divinidad que suele rodear a su representación cinematográfica logra generar una empatía en el espectador que el dogma de la religión debería envidiar. Como mencioné anteriormente, la película se encarga desde un primer minuto en anunciar que la historia es una exploración del mito más que una adaptación directa de lo relatado en La Biblia. Da la impresión que muchas de las personas que se oponían al filme —si es que no fueron todas— nunca lo vieron... y probablemente nunca lo verán. ¿Cuál es la razón de censurar una obra que incluso podría acercar a sus espectadores a tu religión? Ver a Jesús fallar lo hace mucho más humano, mucho más cercano, y mucho más creíble. ¿Qué importa más? ¿Dejar las cosas como están o ser disruptivo en el actuar? ¿Contar la misma historia de siempre o generar nuevas vertientes narrativas que deriven en aún más preguntas? Estas son sólo algunas de las interrogantes que plantea "La Última Tentación de Cristo" de Martin Scorsese, un verdadero clásico del cine internacional.
Nicolás J. Vogt Parra
The Last Temptation of Christ
Estados Unidos y Canadá, 1988
Escrita por Paul Schrader
Dirigida por Martin Scorsese.


Recuerdo que la película como fue censurada, conseguí la novela de Kazantzakis, que resultó ser una gran pieza literaria. De la película, cuando la vi, recuerdo cierta austeridad, cierto apego a un realismo que es roto en algunos momentos por alguna imagen efectista, tipo Jesucristo Superestrella. Tiene momentos, pero siento que es una película irregular. Menos redonda que otras de Scorsese.
ResponderEliminarMe faltan muuuuchas películas por ver, pero con respecto a ésta, creo recordar que una vez traté de verla en un vhs en "aquellas épocas" y la cinta estaba muy a mal traer, como que no se veía nada y me aburrí. Ahora, hace alrededor de un mes y de madrugada (porque ni podía dormir) vi la mitad final en el cable, poco antes de la crucifixión. Debo decir que no sé si era por cómo estaba filmado, porque era joven, por los colores, si era algo en la luz, el maquillaje, o porque como Cristo estaba humanizado, pero me llamó mucho la atención y "hasta" encontré atractivo a Willem Dafoe. Toda la parte en que baja de la cruz hasta cuando termina la parte con María Magdalena fue como aww 😞, y también la conversación con Judas antes de esto, y la de después entre ellos casi al final. Siendo o no creyente, se podría empatizar, pero como dices, es de suponer que hay gente que se hizo la idea y no la ha visto nomás.
ResponderEliminarUn día de éstos tendré que verla completa.
Voy por ese click
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