PROMISING YOUNG WOMAN: LA VENGANZA TIENE NOMBRE DE MUJER

 




La película Promising young woman es el debut cinematográfico de Emerald Fennell, actriz que ha participado en series como Call the midewife o The Crown. El guion es una idea original de la misma Fennell quien ya había dado muestras de su talento en capítulos que escribió para la serie Killing Eve. Por su trabajo fue premiada en la reciente entrega de los Oscar, con el galardón de Mejor guion Original.

La historia se centra en Cassie (Carey Mulligan) una chica cercana a los treinta años, que emerge como un ángel vengador de su género. En un bar, está ebria y un grupo de amigos, se la juega por llevarla en el auto. Finalmente, Jerry la lleva a su casa y al momento de querer abusar sexualmente de ella, dada su condición, Cassie se muestra sobria y en todos sus sentidos. De ahí, Cassie se aprecia en una cruzada contra estos hombres que se aprovechan del momento de vulnerabilidad de las mujeres para abusar de ellas. La motivación de su accionar se vincula a su mejor amiga, Nina, violada mientras estaba en una fiesta universitaria. Sus amigas y amigos le dieron la espalda, la institución universitaria y la justicia no hicieron su trabajo, por lo que Nina y Cassie dejaron la universidad. Su amiga después de una larga depresión muere.

La película comienza como un thriller, cuando muestra a Cassie y su cometido vengador. Pero luego, cuando se la muestra en su entorno familiar y laboral, la película muda a comedia negra. Su relación con sus padres y su situación dentro de la casa se asemeja a los sitcoms de situaciones. En la cafetería, con su amiga Gail, una ambientación que alude a las comedias románticas, ella se muestra totalmente escéptica del amor que transmite la cafetería. En ese espacio aparece Ryan (Bo Bumham), un excompañero de ella en la universidad y que recuerda con cariño a Cassie.

Los avances románticos de Ryan parecen sinceros y después de varias metidas de pata, Cassie se empareja con Ryan.  Aquí la película se acerca al cine romántico de parejas, estilo somos distintos pero nos queremos.

No obstante, Cassie sigue en su cruzada vengativa contra los hombres en general y contra todos quienes dañaron a su amiga Nina, en particular.

Estas tres líneas argumentales se sostienen hasta llegar un momento que Ryan se presenta como parte del problema. Aquí la narración gira hacia el drama. El relato se ha mostrado zigzagueante, sin definirse por ninguna de las líneas presentadas. Ha insinuado ratos distintos, moviéndose entre películas como Hard Candy (2008), los relatos naif de las cintas románticas de Julia Roberts o problemas de jóvenes enamorados modernos, tipo Judd Apatow.

Hay un claro aire reivindicatorio de #MeToo, ese es el pulso de la película. Pero tiene baches, para buscar esa anhelada venganza contra todos los que destruyeron la vida de su amiga (y de paso, la vida de la propia Cassie), ambas jóvenes prometedoras, que sucumbieron a este ambiente abusivo, machista y protector de los depredadores sexuales.

Hasta ese momento la iconografía de Cassie ha pasado por la mujer débil del cual los hombres se aprovecha, a la mujer empoderada que enfrenta a los hombres y los acobarda, a la chica sin rumbo mantenida por sus padres que no quiere abandonar el nido, a la mujer que encuentra al hombre de su vida, a la mujer vengativa que nada puede detenerla. Un símbolo femenino tras otro.

Además, la película juega con las imágenes cristianas de un Jesús profano, encarnado por Cassie. Cuando comienza el filme, la manera en que ella está acostada en la cama y el ángulo de la toma, la muestra como siendo crucificada, para luego en un plano subjetivo, desde su perspectiva observa a este personaje, Jerry, que está a los pies de ella y que queda petrificado cuando el cordero no está preparado para el sacrificio.

La imagen de ella, en momentos la toman como si fuera un ícono religioso. Dentro de la cafetería, con los cuadrados alrededor de su cabeza, parece un santo moderno, un apóstol del género, dispuesta a sacrificarse por la causa.

La primera imagen de ella, como crucificada, se repite hacia el final. Si en un principio fue la parodia después será la tragedia.

El gran problema con el final es la paradoja. De la tragedia que implica estas chicas prometedoras con sus vidas truncadas, emerge un final muy Hollywood, con el momento justo cuando la caballería llega para atrapar al hombre malo. Se da en una sincronía difícil de tragar. Asimismo, en lo netamente narrativo, las instituciones que fueron negligentes para ayudar a su amiga Nina, serán las encargadas de completar su cruzada. Un falso final, que tiene una recompensa anímica en el espectador, que hace olvidar un poco lo amargo del relato.

Emociones contradictorias hace sentir la película. Hay momentos, muy icónicos donde reivindica la figura femenina en esta nueva sociedad que no está dispuesta a permitir más abusos. Pero en su afán de reclamo se toma muchas vueltas y no todas muy creíbles. Para llegar hacia una conclusión, una catarsis, un tanto falsa, tremendistas y angustiante. Algo que no terminar de cuajar.

                                                                                              Cristian Uribe Moreno

PROMISING YOUNG WOMAN

EEUU 2020

Dirigida por ‎Emerald Fennell


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