THE NIGHT OF, LAS INTERMINABLES SOMBRAS DE LA NOCHE


 

Dentro del streaming de HBO Max se encuentra una notable miniserie estadounidense The Night of (2016), remake de una miniserie inglesa del mismo nombre. Su aparición coincidió con el momento de mayor producción de documentales y series de ficción sobre crímenes y juicios. Con el sello de calidad de las producciones de HBO, la producción audiovisual despliega en 8 capítulos una historia de crimen y justicia. Evidenciando un comentario muy actual y demoledor sobre los engranajes de los burocráticos caminos de la ley. Desde un inicio la serie engancha y durante el desarrollo del relato, sus personajes se sumen en esa noche a la que alude el título y que se va volviendo eterna.

El relato se centra en Nasir Kahn (Riz Ahmed), un estudiante universitario, norteamericano musulmán, hijo de un matrimonio paquistaní, que una noche decide ir a una fiesta en el centro de Manhattan, sacando a escondidas el taxi de su padre. Camino a la reunión, casualmente es abordado por una bella muchacha, Andrea (Sofia Black-D’Elia). Él estudiante decide acompañarla durante la noche y después de un breve encuentro amoroso en la casa de ella, Nasir se duerme y despierta en la cocina sin recordar nada. Al ir a despedirse, la encuentra salvajemente apuñalada en su cuarto. Desde ese momento, el destino, las malas decisiones y el peso de la ley se ciernen sobre el muchacho, arrastrando también a su familia y a una serie de personajes que se cruzan en su vida. El más importante, es su abogado defensor, John Stone (John Torturro).

La serie desde el inicio tiene varios aciertos. El primero es lo esquivo de la narración. El relato elude de manera evidente, el hecho principal que es la muerte de la muchacha. A medida que la narración transcurre, juega con el suspenso y las expectativas. No da información adicional, dejando al espectador  a la altura de los involucrados, familia, abogados, jurado, todos escuchando detalles (y especulando) de lo que pudo suceder, sin dar ninguna certeza. Pero además, transmite el estado de limbo mental en el que se encuentra la memoria de Nasir sobre el asesinato.

Derivado de lo anterior, otro elemento destacable son las distintas  versiones que se van mostrando de lo que sucedió aquella noche. Mientras más y más elementos se van suministrando a la historia, menos seguridad se tiene de lo que ocurrió esa noche. Incluso, Nasir podría encajar perfectamente en este grupo de presuntos culpables que van apareciendo. La  ‘verdad’ de saber realmente qué pasó, se hace cada vez más lejana.

Al ser llevado a prisión a la espera del juicio, la historia se divide en dos y emerge el drama carcelario. Allí, conoce a Freddy (Michael Kenneth Williams, recientemente fallecido, el mítico Omar Little de The Wire), uno de los señores que domina un sector del  recinto y que lo toma bajo su protección, enseñándole a sobrevivir. Una suerte de Pequeño Omar, en el mundo delictual interno. En este espacio, ocurre la más grande transformación del muchacho: de un vulnerable estudiante se transforma en un rudo interno que se mueve a sus anchas entre los internos.

En paralelo, el relato sigue las acciones de la familia por demostrar su inocencia. En este devenir, sus padres y hermano, van viviendo cada uno su calvario. Por parte de la fiscalía, el taciturno policía, Dennis Box (Bill Camp), el mismo oficial que lo detuvo, está dedicado a cerrar todos los posibles flancos del caso, para que no queden dudas de la culpabilidad de Nasir.

El otro protagonista de la historia, el abogado John Stone, es presentado como un solitario profesional, divorciado  y con un hijo que lo desprecia. Stone se dedica a casos menores y encuentra en el proceso del universitario, el caso de su vida. Su rutinaria vida se ve alterada y su evidente afección cutánea, el eccema, se resiente aún más. Esta suerte de dermatitis lo lleva a ser el centro de las miradas escrupulosas de la gente, usar sandalias, ser alérgico a muchas cosas (entre ellas los gatos), y avergonzarsde de su propio cuerpo.  Este abogado trabaja incansablemente durante toda la historia para mantener la esperanza de Nasir: salvarlo de una condena que asoma como segura.

Y he aquí lo mejor de la serie: el nivel de las actuaciones, en especial, de ambos protagonistas. Un trabajo de carácter muy potente, aparejado de un proceso físico indiscutible. Por un lado, Nasir  al inicio es presentado como un delgado, gentil e indefenso estudiante, para luego transformarse en un reo corpulento, de mirada desafiante, lleno de cicatrices y tatuajes. Por otro lado, John Stone pasa de ser un abogado menor (un tinterillo que se gana la vida aprovechando el lugar y el momento) a convertirse en un hombre íntegro, que nunca deja de creer en la inocencia de su cliente. Y este nuevo carácter que va adquiriendo, asume su enfermedad y su soledad, que en la pantalla se ve representado en la figura de un gato que recoge y decide llevar a casa, pese a los inconvenientes de salud que podría causarle. Esos devenires con el gato (no puedo sacarme de la cabeza la semejanza con la relación del profesor y su gato en Madadayo de Akira Kurosawa) será el símbolo de su propio martirio y superación.

Si algunas similitudes tiene este oscuro mundo que se destila en la pantalla con la sociedad de la serie The Wire, es porque el principal guionista de The night of es Richard Price, uno de los escritores que tuvo la exitosa serie. Hay una sensación de comunidad con los lazos sociales rotos hace bastante tiempo.  Y donde los individuos solo buscan sobrevivir para que los mecanismos legales o delictuales no los hundan con ellos. En lo profundo de la noche, nadie sale indemne.

                                                Cristian Uribe Moreno

THE NIGHT OF

EEUU 2016

Creada por Steven Zaillian y Richard Price

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